Un 84% de españoles sufre de estrés

El 62% de los ciudadanos declara sentirse agotado al final del día. Tener sobrecarga de trabajo, estar en el paro o no llegar a fin de mes son las causas más habituales para padecer esta enfermedad.

84% Sufre estrés

El estrés es una reacción fisiológica del organismo que se presenta como un sentimiento de tensión física y/o psicológica que puede ser consecuencia de cualquier situación o pensamiento que se percibe como amenazante o desbordante. Es, por tanto, una respuesta automática a una necesidad de adaptación ante circunstancias externas.

Existen diferentes tipos de estrés y diversos modos de clasificarlos. Si atendemos a la duración de los episodios, es posible distinguir tres tipos de estrés de menor a mayor duración: estrés agudo, que no perdura en el tiempo y resulta estimulante; estrés agudo episódico, que se diagnostica cuando la frecuencia sintomática es usual en el individuo; y estrés crónico, grado máximo en el que la persona está en estado constante de alarma.

Respecto a sus causas, cualquier suceso o situación puede dar lugar a esta reacción fisiológica. Pero no es posible determinar una causa específica.

Cómo combatir el estrés

No tratar los niveles de estrés se puede acarrear numerosos problemas para la salud de la persona que lo padece. Por este motivo es necesario combatirlo. Para ello es recomendable acudir a un especialista. Sin embargo, existen algunas opciones que están al alcance de todos para evitarlo en gran medida. Entre ellas, podemos destacar las siguientes:

  • Hacer ejercicio.
  • Consumir una dieta sana y saludable.
  • Aprender a relajarse.
  • Dormir lo suficiente.
  • Conocer nuestros límites.
  • Fijarse metas atendiendo a las capacidades personales de cada persona.
  • Aprender a delegar responsabilidades.
  • Y sobre todo, dedicarse tiempo a uno mismo.

Síntomas típicos de estrés

El estrés puede causar muchos tipos de síntomas físicos y emocionales. Entre ellos, es posible destacar los siguientes por ser los más habituales:

  • Falta de energía o concentración.
  • Dolores de cabeza.
  • Ira o irritabilidad.
  • Problemas para dormir y descansar.
  • Pérdida de memoria.
  • Fluctuaciones del estado de ánimo.
  • Problemas sexuales.
  • Nauseas o mareos.
  • Malestar de estómago, estreñimiento o diarrea.
  • Pérdida o aumento de peso.
  • Dolores y achaques frecuentes de distinto tipo.
  • Caída excesiva del cabello.

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