¿Cuándo es necesario acudir a un psicólogo/a?
Pedir ayuda a un profesional es recomendable siempre que detectemos algún problema que nos impida desarrollar con normalidad nuestra vida o algún aspecto de ella. El hecho de demorar la asistencia y negarse a pedir ayuda puede conllevar aspectos negativos a largo plazo, pues puede agravarse el problema que se padezca.
¿Qué hace un psicólogo/a?
Un psicólogo es un profesional especializado en el pensamiento y en la conducta humana. Posee herramientas e instrumentos de evaluación y diagnóstico cuyo fin es poder detectar y tratar los problemas que padezcan sus pacientes. Se encarga de desarrollar la estrategia para su recuperación y su tratamiento. Además, permite a los pacientes desarrollarse y deshacerse de sus problemas para que puedan hacer frente a su día a día.
¿Cuánto dura el proceso de terapia?
La duración del proceso depende del paciente, del tipo de problemática que presente y de las áreas a las que ésta afecte. Así, la adecuación de cada proceso es esencial para la correcta recuperación del paciente y su duración puede variar.
¿Son iguales todos los tratamientos?
Los tratamientos nunca son iguales. Como la duración del proceso, los tratamientos dependen del paciente en cuestión, del problema que padezca y de los ámbitos de su vida a los que afecte. Deben ser siempre diseñados específicamente para cada persona atendiendo a todas las circunstancias que los rodeen.
¿Está colegiado/a el/la psicólogo/a que me atenderá?
Sí, ya que para ejercer como psicólogo es necesario estar colegiado. Isabel Medina está en el registro de Mediación Familiar de Andalucía nº 843 y colegiada en el Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental.
¿Es confidencial?
Sí. Uno de nuestros deberes como profesionales es mantener la confidencialidad de nuestros pacientes.
¿Me curaré?
Hay problemas psicológicos que, tras recibir el tratamiento adecuado, remiten totalmente. El objetivo de otras estrategias puede ser disminuir la intensidad, la frecuencia o la duración de los síntomas o del malestar relacionado con los problemas que se presenten en cada persona. Pero, en cualquier caso, el paciente podrá afrontar los problemas y el malestar de manera que pueda desarrollarse en todos los ámbitos de su vida de forma autónoma.
¿Cómo son las sesiones?
Las sesiones tienen una duración media de unos 50 o 60 minutos y pueden tener distintos objetivos. Las sesiones iniciales consistirán en una recogida de información para que el profesional pueda evaluar al paciente, conocerlo y comprender su problemática. Las siguientes normalmente van dirigidas a llevar a cabo la estrategia que el psicólogo haya diseñado para tratar los problemas que cada persona padezca.
¿No tengo nada físico, me puede ayudar?
Sí. Diversas enfermedades y síntomas están relacionados con factores psicológicos que no se externalizan en síntomas físicos.
En ocasiones no siempre es fácil reconocer la necesidad de asistir a un profesional, pues parece que no existen evidencias físicas de que se padezca problemática alguna. Pero, a pesar de ello, el paciente la puede padecer.
¿Cuándo llevar a mi hijo al psicólogo?
Es importante que los padres conozcan a sus hijos, hablen con ellos y tengan claro cómo son y cuáles son sus conductas habituales. Un cambio comportamental no siempre se debe a un problema psicológico.
Entre los aspectos en los que se deben fijar los padres para determinar si es necesario llevar a su hijo/a al psicólogo cabe destacar la alimentación, el sueño, su rendimiento escolar, cómo se relaciona con los demás y su estado de ánimo.
¿Cómo le comunico a mi hijo que va a asistir a un psicólogo?
Este hecho puede desembocar en diferentes reacciones según el niño y las circunstancias que le rodeen. Cada niño es diferente y cada uno tendrá una forma diferente de afrontarlo.
Hay profesionales quienes recomiendan que la comunicación debe ser diferente según la edad de cada niño, siendo la adolescencia la edad más complicada. En esta etapa, los padres deben ser capaces de hacerles ver que es necesario y positivo para ellos. En el resto de etapas, la comunicación no es precisa, pero sí es recomendable para que los niños se sientan a gusto y se abran a los especialistas. Al igual que ocurre en el caso de los adolescentes, es necesario hacer de la experiencia algo positivo y no es conveniente recurrir a los castigos ante una actitud negativa de los niños.